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Sueños de un Pergamino

¡Paz!

¡Paz! ¿Esto es realidad? No lo sé, parece un sueño: estoy en un prado, coronado de crisantemos; el olor que producen, se empapa en mí, como un colador al atravesarme la brisa. Es de verdad un momento hermoso.

Algo cae del cielo. Blanco. Es un pájaro; ya sé, una paloma, que con suavidad, aterriza a mi lado. No me ve; ahora estoy en lo cierto, qué pena que sea un sueño (supongo que esto no sería deserción). Está tan cerca que siento cómo las patitas rozan la hierba, su pausado respirar y... ¿Será verdad? ¡Sus latidos! Un escalofrió recorre todo mi cuerpo, casi duele.

¿Y ahora qué veo? ¿Un hombre? ¿Qué hace? ¡No puede ser!

Un estruendo y un grito mío atravesaron el aire, a la vez que el dedo decidido, pulsó el disparador. El vil metal profanó la pequeña belleza.

¡Estoy despertando! No era sueño. ¡Era una pesadilla! Limpio el sudor, y aún dudo de la realidad, pues la ventana está abierta y una ramita de olivo yace sobre las sábanas.

De nuevo todo se funde en negro y luego distingo una realidad gris. Escucho un aliento. A alguien le cuesta respirar. ¡No! ¡Soy yo! Esto es real, y tengo dolor, el enemigo nos está atacando y alguien grita con locura:
- ¡A cubierto! ¡A cubierto! ¡Nos bombardean!

1 comentario

anónimo -

Y la ramita de olivo cayó, manchada en una mezcla de sangre de paloma y soldado. Momento trágico en que la paz dejó de respirar. Dos cuerpos más, y ninguna justificación salvo lo absurdo de esta "humanidad".